¿Alguna vez te preguntaste si las fiestas de fin de año pueden perjudicar la salud? Pues la respuesta la conocerás aquí.
Como todos hemos escuchado, todo es relativo a la intensión y al uso que se le de.
Este principio no se queda atrás en la fiesta de navidad y año nuevo cuando de nuestra salud se trata.
Es claro entender que, al llegar las festividades, nuestra mente entra en un estado de “comer, salir y divertirse” y eso esta muy bien.
Pero hay que tener cuidado de no pasar los límites que hagan que enero sea el mes de los lamentos y arrepentimientos.
Y es que la Navidad, si bien es una época vacacional muy especial desde el punto de vista familiar y social, puede entrañar riesgos para nuestra salud, debido a la frecuencia con la que, durante esos días, los hábitos saludables son sustituidos por costumbres mucho menos convenientes: desde un aumento del consumo del alcohol y el tabaco, al abandono del ejercicio físico o la ingesta de menús y alimentos hipercalóricos.
Esto podría detonar como problemas de:
Aumento de los niveles de colesterol, de azúcar en sangre y del ácido úrico.
Subidas de la tensión arterial.
Mayor retención de líquidos.
Ganancia de peso y grasa corporal.
Entonces la pregunta puede ser, ¿cómo hago para mantener mi salud mientras disfruto de las fiestas de fin de año?
- Incluir abundantes frutas y verduras, ya que aumentan las defensas del organismo, gracias a su elevado contenido en vitaminas y minerales. Consumirlas en forma de caldos y cremas es, además, una excelente forma de entrar en calor. Podemos elegir entre naranjas o kiwi, y verduras como cardo, alcachofas, berenjenas, espárragos, entre otros.
- Reducir la presencia de grasas saturadas, presentes en carnes, embutidos y productos de pastelería. En cambio, es preferible optar por grasas vegetales como las que aportan el aceite de oliva y el pescado azul, debido a sus propiedades cardiosaludables
- Garantizar el aporte de proteínas. La carne, el pescado, y los huevos, consumidos en las cantidades adecuadas, ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunitario y a evitar que el frío nos haga más vulnerables a gripes y resfriados. Las legumbres y frutos secos son ricos en proteínas de origen vegetal.